La cocina es un nombre de mujer

Por favor continúe leyendo y no se soliviante antes de tiempo;  como un buen número  de mis lectores preferidos sois mujeres y algunas de vosotras militáis en la radicalidad propia de vuestra bonita edad, tengo que ir con pasos de plomo en cada frase que escribo para evitar malentendidos, murmullos y aviesos comentarios en voz baja. No, no se trata de una frase machista, es la expresión de un sentimiento profundo, de una realidad interna,   vayan ustedes a saber porqué, porque he amado a muchas mujeres o porque las he amado mucho, porque las muescas en la culata de nácar se han transformado en cicatrices en el alma de piedra, o,… porque ha pasado mucho tiempo, demasiado tiempo tal vez. Vayan ustedes a saber porqué, pero a menudo un paisaje, una ciudad, un aroma o una música se visten en mi pensamiento con nombre de mujer. Creo recordar una vieja película donde  Woody Allen, se preguntaba aquello de: ¿un recuerdo es algo que tienes o algo que has perdido?  Lejos de encontrar una respuesta he encontrado un elemento que más que evocar me transporta, que más que a recordar me ayuda a retroceder en el tiempo, la cocina. Los platos compartidos, platos con nombre o al menos con alma de mujer.

TANGUY & MORGENNES

Se está desarrollando un ciclo de conferencias en el Museo Thyssen de Madrid con motivo de la exposición temporal dedicada a Paul Delvaux, Paul Delvaux paseo por el amor y la muerte. Se trata de cinco conferencias impartidas por el director del museo, Guillermo Solana, bajo el título genérico de Cinco Surrealistas en las colecciones Thyssen-Bornemisza, y en las que trata de la obra de Max Ernst, Yves Tanguy, Paul Delvaux, Salvador Dalí y René Magritte, y más en concreto de los cuadros que tiene el museo de los referidos pintores, en su colección.

Las conferencias son muy interesantes, están abiertas al público en general, tienen lugar los jueves a las cinco y media y les aconsejo, en el caso de que decidan asistir a alguna de las tres que faltan, que vayan al museo con media hora de anticipación, por lo menos.

La del jueves pasado, 12 de marzo, estaba dedicada a Yves Tanguy, no voy a tener la osadía de resumirles la conferencia, además las cuelgan en la web del museo, pero lo que quiero destacar en esta entrada son unas notas iniciales que el profesor Solana hizo en relación con el pintor: ….natural de Bretaña,… amante de sus piedras, …con espíritu aventurero, …su pintura es la menos exhibicionista  malgré lui, …..y enormemente sincero…..

Y estas notas me llevan a la pareja de baile que en esta ocasión se trata de MORGENNES, un joven bretón de orígenes oscuros que allá por el siglo XII abandona sus piedras de Bretaña y  se embarca en la aventura de alcanzar el reino latino de ultramar.

La novela es Caballeros de la Vera Cruz  y su autor, David Camus, nieto del célebre escritor Albert Camus, ha escrito este  thriller histórico ambientado en la época de las Cruzadas que tiene como protagonista a un caballero hospitalario que debe encontrar y proteger la cruz de Cristo, que siempre había acompañado a los cristianos en sus batallas. Ambientada alrededor de 1187, la novela se centra en Morgennes, un héroe  de los que ya no quedan en la literatura francesa, que reniega de su fe para poder recuperar la Vera Cruz, talismán en la lucha contra los sarracenos perdido tras la derrota cristiana en Hattin. El autor admitió que la obra, que a su juicio no tiene nada que ver con best-sellers como El Código da Vinci, resulta en ocasiones muy violenta tal y como eran  las Cruzadas.

En la novelas se suceden muchas aventuras, aparecen los dragones  de los que ya les he hablado y con ello pago mi deuda,……  y no les voy a dar más pistas por no destriparla para los que la quieran leer;  además de entretenida, lo más destacado que yo le  encuentro es el pasaje en el que se pone de manifiesto de forma sorprendente  el valor de la palabra, la sinceridad, que aparece al final de la novela.